La madre de Komebukuro había muerto y ahora, la madre de Awakuro, era su nueva madre. La madrastra odiaba a Komebukuro y la trataba realmente mal. Un día la madrastra mando a las hermanas a recoger castañas a la montaña con el resto de las niñas del pueblo. A la hermana pequeña le dio una bolsa completamente nueva y a Komebukuro le dio una vieja y con el fondo roto. Al atardecer todas las niñas, incluida Awabukuro, había llenado su bolsas y comenzaron a regresar a casa, todas excepto Komebukuro. Le resultaría imposible llenar una bolsa con el fondo roto. La hermana mayor se quedo sola en las montañas por miedo a las represalias de su cruel madrastra y siendo ya tarde se acerco a un riachuelo a beber un poco de agua. De repente, un precioso pajarillo blanco se poso sobre Komebukuro y comenzó a hablar:
- Pequeña, tienes un corazón puro y obedeces sin quejarte las órdenes de tu actual madre, incluso cuando te lo hace tan difícil como hoy. Como recompensa te daré este hermoso vestido de seda, guárdalo en secreto hasta que algo maravillo ocurra, entonces, vistelo como tu mejor vestido.
El pájaro se fue no después de que la niña le hubiese agradecido el gesto. Cuando Komebukuro recogió el vestido, una flauta y una nueva bolsa cayeron al suelo. Como ya era bastante tarde, la niña lleno rápidamente la bolsa y regresó a casa lo antes posible. Cuatro o cinco días después, se celebró un festival en la aldea vecina. La madrastra vistió a Awabukuro en un buen vestido para ir a la celebración. Cuando la hermana mayor dijo que también le gustaría ir, su madrastra le ordenó tejer tres madejas de lino. Una vez terminadas podría ir. Poco tardaron en llegar las amigas de Komebukuro a recogerla para ir al festival pero ella estaba trabajando lo más rápido que podía.
- Mi madre me ha mandado hilar tres madejas de lino, no puedo ir hasta que acabe -.
Sus amigas se sintieron muy tristes así que le ayudaron con la labor, todas juntas terminaron mucho antes de lo esperado. Así que la niña sin perder tiempo, saco de su escondite el precioso vestido del pájaro blanco y fueron hacía la fiesta. Por el camino Komebukuro toco la flauta que el pájaro le dio y la música parecía decir:
- Cualquiera que oiga esta pequeña flauta, pájaros en vuestro vuelo a través del cielo, descansad vuestras alas y escuchad. Gusanos sobre la tierra, parad vuestros pies y escuchad -.
Cuando las niñas llegaron, vieron a Awabukuro y a su madrastra mirando a los títeres. Komebukuro, pelo un Manjü y lo arrojo suavemente hacía su hermana, pegándose este en su mejilla.
- Porque la hermana mayor me ha tirado un envoltorio de manjü desde hay-. dijo.
La madre no podría creérselo, -Le he mandado suficiente trabajo como para que no pudiese llegar a tiempo- replicó.
Al cabo de un rato, Komebururo le lanzo un trozo de piel de bambú que se quede enredado en el vestido de su hermanastra. Y de nuevo, la niña se quejo a su madre.
- Es solo alguien que se parece a Komebururo, si alguien te tira algo solo date la vuelta -.
Cuando vio que su hermana y su madrastra volvían a casa, la niña corrió para adelantarse a su llegada. Se cambio de vestido y aparento que nada había ocurrido. Al día siguiente, un joven del pueblo vecino llegó a pedir la mano de Komebururo en matrimonio. Pero la madre trató de convencerlo para que, en su lugar, se casase con Awabukuro. Después de un rato el joven decidió que compararía ambas y elegiría a la más bella.
- ¿Qué debería usar en mi pelo? -. Pregunto la hermana pequeña a su madre mientras se vestía.
- Usa el aceite del estante y prueba a frotártelo -. Contesto.
Cuando la hermana mayor pregunto lo mismo, la madrastra replico: - No me importa si usas el agua de la cocina -. El peine empezó a coger y engancharse en los nudos del pelo de Awabukuro, que era rizado. Su madre dijo – Suena como la música del Koto cuando es desplumado -. El pelo de Komebukuro era muy denso y suave, el peine se deslizaba sin ninguna dificultad entre ellos. A esto la madrastra dijo con desprecio: - suena exactamente como una serpiente escondiéndose en su agujero-.
Después de esto, cuando ambas se habían arreglado el pelo. Podría verse fácilmente que la hermana mayor era la más hermosa, asi que fue quien se convertiría en novia. La hermana pequeña estaba tan celosa que no pudo soportarlo, obligo a su madre a pasear en un hermoso carruaje como la novia que debería ser. Su madre como no podía hacer nada para satisfacerla, la monto en un carro y, dando vueltas por la zona, gritaba:
- ¡¿Alguien quiere una novia?!, ¡¿Alguien quiere una novia?! -.
Por el camino, el carro tropezó y la Awabukuro cayó al campo de arroz, donde se convirtió en una babosa. Y cuando la malvada madrastra se tiro al agua para ayudarla, esta, se convirtió en un cangrejo.
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